En una conferencia que dieron juntos dos de los empresarios más influyentes de nuestro tiempo, Warren Buffett y Bill Gates, un asistente les preguntó cuál era la habilidad más importante para ser exitoso. Sin dudarlo, Buffett respondió: «La capacidad de comunicar tus ideas de manera brillante». Esta afirmación resuena más que nunca en el mundo actual, donde crear una marca personal sólida puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso. Si quieres desarrollar una presencia potente y auténtica, dominar el arte de la comunicación es fundamental.
6¿Qué implica comunicar brillantemente?
La comunicación efectiva no se limita solo a hablar. Involucra múltiples elementos que, combinados, logran un impacto significativo. Estos son los tres pilares fundamentales de una comunicación exitosa:
- Hablar en público: Ya sea en una conferencia, una reunión de trabajo o un evento, saber hablar en público es esencial para transmitir confianza y autoridad. Según los expertos en comunicación, entre el 70% y el 80% de los mensajes que percibimos se transmiten no con palabras, sino con el lenguaje no verbal. Esto incluye posturas, gestos, expresiones faciales y el contacto visual.
- Hablar frente a una cámara: En la era digital, las redes sociales y plataformas como YouTube e Instagram son el escenario principal para quienes buscan construir su marca personal. Saber expresarte frente a una cámara requiere la misma destreza que en un escenario físico, pero con un añadido: la necesidad de conectar con una audiencia que no está presente físicamente. Videos como «Cómo hablar frente a una cámara y no morir en el intento» en YouTube proporcionan tips prácticos para ganar seguridad.
- Lenguaje corporal: Más allá de lo que decimos, cómo lo decimos tiene un impacto tremendo. Estudios han demostrado que las personas confían más en lo que ven que en lo que oyen. Por lo tanto, tu lenguaje corporal es crucial para reforzar tu mensaje. Mantener una postura erguida, un tono de voz controlado y usar gestos que acompañen tus palabras puede hacer la diferencia entre una presentación memorable y una olvidable.
